17 mar 2012

Recuerdos de hace 20 años

Quedan algo más de un mes para que se celebre el 20 aniversario de la inauguración de la Expo 92. Me diréis que podía haber esperado para hacer este post, y hasta llevareis razón, pero no sé porqué hoy me  he acordado y he tenido la necesidad imperiosa de compartir algunas de las vivencias con vosotros.

Yo soy de la generación que tuvimos la suerte de terminar la carrera de arquitectura técnica cuando se estaba construyendo la Expo. De hecho, aún no había terminada la carrera cuando comencé a trabajar en el control de calidad de la Expo, e hice el proyecto final de carrera compatibilizando el trabajo con mis tareas de universitaria.

En aquellos años se vivían tiempos de bonanza económica y la Expo era algo así como la escuela taller de aquellos que estábamos estudiando una carrera técnica, había tanto trabajo que te podías permitir hasta el lujo de elegir.

Al año de comenzar a trabajar para la Expo 92, me contrató una empresa que llevaba el control de calidad del Pabellón España, y me encuentro con la carrera recién  acabada, con 23 añitos y con la suerte de poder participar en la construcción de uno de los edificios más emblemáticos de la Expo.

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Siempre he pensado el Pabellón de España debería haber sido la obra con la que yo terminara mi carrera profesional y no con la que la empezara, pero las cosas ocurrieron así.

Durante casi 3 años, tuve la oportunidad de aprender muchas de las cosas que no te enseñan en la universidad, de la mano del aparejador de la dirección de obra, al que siempre le he estado tremendamente agradecida y que fue como un padre para mi.

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Hubo buenos momentos, muchos buenos momentos, también los  hubo malos, pero esos los he borrado de mi mente, y trabajar, trabajamos tela, sabíamos a qué hora llegábamos pero no a la que saldríamos, pero no nos importaba porque éramos conscientes de que estábamos construyendo algo muy especial y que quedaría para la historia.

Yo terminé de trabajar en dicho Pabellón el 31 de marzo porque me casaba 4 días después y teníamos que estar de vuelta el día 20, ya que mi marido tenía ese día que entrar a trabajar en uno de los bancos que había dentro del recinto de la Exposición y que estaban cerca de la famosa bola bioclimática.

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Quedaban solo 20 días para la inauguración, y se veían tantas cosas por terminar que salí aquel día pensando que era imposible llegar a tiempo, pero llegó el  20 de abril y la Expo abrió sus puertas al público y si es bien cierto que quedaban remates, también lo es que el público en general no lo notó.

Aquel 20 de abril, al entrar al recinto, más de una vez se me saltaron las lágrimas de la emoción, de la satisfacción de haber tenido la suerte de trabajar en algo tan grande y del orgullo que sentía al ver como a la gente en general le gustaba lo que veía y lo disfrutaban.

Parece que fue ayer y han pasado ya 20 años…

2 comentarios:

Manu de los Santos (@ManuSantos_8) dijo...

Yo no tengo recuerdos de aquella época, porque, como bien me recuerda mi madre siempre, iba en carrito, claro, porque fue al poco de nacer...

Aún así, ahora que uno tiene la suerte/oportunidad de estudiar por allí, más de una vez me he dado un paseito por la zona y se comprueba que sí, que hay edificios que, la verdad, son una maravilla (aunque cierto es que algunos ya merece un arreglillo...).

Un beso, amiga!!

Talibán Sevillista dijo...

Recuerdas que empresa realizó la instalación de las carpinterias de aluminio?
Correcto, aunque yo andaba en el monasterio por aquellos entonces.
¿sabes quien actua este Martes en la plaza Sony? :D
un beso