En “estado de bienestar”

No penséis que se me ha ido la pinza (más de lo habitual) y que os voy a dar un mitín político,  ni que me refiero al “El Estado de Bienestar como aquél que dota de extensas prestaciones sociales a capas concretas de la sociedad, otorgando un conjunto creciente de servicios sociales tales como pensiones, desempleo, salud, educación, etc.; que garantizan a los ciudadanos un nivel mínimo generalizado en materia educativa, sanitaria y de vida”.

Nada más lejos de  mi intención vaya, que ni se me ha pasado ni por la imaginación, no de eso nada.

Yo de lo que quiero hablar es  de ese estado de bienestar del que  no disfrutábamos desde el 5 de diciembre, 8 jornadas, 8 larguísimas jornadas, una detrás de otra, en la que nuestro equipo no conseguía una victoria, y nos íbamos a casa cabreados, enfadados,  sin ganas de nada, ni de ver la tele, ni escuchar la radio, ni abrir un periódico, con la única  intención de meterte en la cama, taparte la cabeza con la almohada y esperar al siguiente partido a ver si la cosa iba mejor, como si fuéramos avestruces.

Pero por fin el pasado sábado, llegó el punto de inflexión, cambió la suerte y el equipo ganó, y lo hizo ante los suyos, con goles de dos centrocampistas, (que ya era hora) y entonces volvió a ocurrir, llegó de nuevo nuestro estado de bienestar, que tan abandonado nos tenía. Ya  si se pueden ver los telediarios, escuchar la radio, leer los periódicos, salir a la calle, ir a los bares a hablar del partido y dormir, pero dormir, con una felicidad, una tranquilidad, una placidez digna de  un recién nacido, vamos lo que se conoce como “dormir a pierna suelta”

La verdad me estaba cansando ya de dormir mal.

Claro que ahora lo que hay que pedir que nuestro estado de bienestar no solo dure una jornada, sino que se repita jornada tras jornada, y lleve a nuestro equipo a conseguir el objetivo marcado esta temporada.

¡Qué gusto estar en estado de bienestar!