De todos es bien conocida la expresión "cantar el alirón", o "entonar el alirón", en relación al canto que se le hace a un equipo que ha conseguido una victoria, pero no sé si todos conocen de donde procede dicha locución.
Yo era una de estas últimas y hoy he comenzado como hago habitualmente buscando en el diccionario (el espabila burros como dice mi tía) y la definición que viene en el RAE es la siguiente:
(Del ár. hisp. ali‘lán, y este del ár. clás. al'il‘lān, proclamación).1. interj. U. para celebrar la victoria en una competición deportiva. U. t. c. s. Cantar, entonar el alirón.
Sin embargo, buscando por internet, he encontrado otra procedencia bastante curiosa y que tiene viso de ser verdad. En el blog Meridianos he hallado la siguiente historia que coincide en otras muchos blogs y webs.
En 1876, con el final de la guerra carlista y la cancelación de las aduanas las empresas inglesas llegaron a la costa vizcaína, docenas de compañías invirtieron millones y millones, emplearon a 12.000 obreros y llegaron a producir 6,5 millones de toneladas anuales de hierro (la décima parte de la producción mundial).
Fue una época frenética, un hervidero humano que desfiguró el paisaje: destruyeron montañas, desviaron ríos, abrieron balsas gigantescas, instalaron hornos de calcinación, tendieron tranvías aéreos para bajar el hierro en baldes hasta los cargaderos del puerto, construyeron planos inclinados para las vagonetas, trazaron la red ferroviaria más densa de Europa.
En los años 50 se descubrió debajo de Gallarta un pueblo cercano a Bilbao un inmenso yacimiento de hierro y empezaron a comerse el pueblo a golpe de dinamita.
No era una aldea, tenía siete mil habitantes, el frontón más grande del País Vasco con 16 números, iglesia, ayuntamiento, varios colegios. En esa época empezaron a trasladar a las familias a otras casas que construyeron más allá, en el Gallarta nuevo, pero algunos seguían en el pueblo viejo. Al borde de la mina y aquello era terrible, todo el día con explosiones y el polvo.
Las dimensiones de aquella mina al aire libre, bautizada como Concha II, resultan espeluznantes. El borde del socavón está a unos 200 metros de altitud; el fondo, 17 metros bajo el nivel del mar. Todavía más abajo, mucho más abajo, se despliega una impresionante red de galerías: cincuenta kilómetros de pasadizos subterráneos que alcanzan los 205 metros bajo el nivel del mar. Y dentro de ese laberinto existen sesenta cámaras de veinticinco metros de alto por cien de ancho: suficiente para albergar la catedral de Burgos en cada una de ellas. Fue el mejor criadero de hierro de Europa.
En esas mismas fechas, entre los ingleses y los trabajadores de las minas vizcaínas, un deporte causaba furor: el fútbol. La pelota rodaba en las campas de Bilbao y pronto se constituyeron los primero clubes de fútbol que se desafiaban con la atenta mirada de un público que abarrotaba los recintos deportivos.
Si el mineral extraído contenía mucho hierro, los mineros cobraban paga extra. Por eso esperaban en las puertas del laboratorio, donde se analizaban químicamente los pedruscos. Y si había buenas noticias, se extendían por toda la mina con un grito triunfal: ¡Alirón! ¡Alirón!. Eran las palabras que los químicos británicos habían escrito con una tiza en el mineral: All iron. ¡Todo hierro!.
El primer cántico adoptado como himno (no oficial) del Athlétic Club fue el "Alirón". Hoy se canta por todo el mundo como grito de millones de aficionados, se ha popularizado y cuando un equipo de fútbol gana un título se dice que “entona el aliron”
1 comentarios:
Hola!!!! Me gustaria intercambiar enlaces. Si aceptas dejame un comentario en la ultima entrada de mi blog. Tambien te puedes hacer seguidor, yo ya lo soy del tuyo. Saludos y Feliz Navidad.
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