Qué difícil es asimilar que una amigo, un compañero, un alguien especial con el que has compartido cosas importantes se va, y si se marcha en la plenitud de la juventud, ilusionado por se padre y con una carrera prometedora por delante, el dolor se multiplica hasta hacerse insoportable.
Si además esa persona era el alma del vestuario, el que lo animaba, el que le daba alegría y el que metió el gol que nos cambió la vida a todo el sevillismo, no es de extrañar que sus compañeros de equipo no lo olviden nunca.
Así tenemos a Maresca y a Duda, ambos en el Málaga y que como informa hoy “el correo de Andalucía” el primero se ha tatuado en su brazo el número 16 y “para siempre”, mientras que el portugués siempre lleva en una de sus espinilleras la foto de Antonio Puerta.
Y luego tenemos el caso del gran Martí ahora en el Mallorca, que firmaba autógrafos con su nombre y en una esquina siempre añadía las iniciales AP y el número 16, incluso cuando jugó en la Real Sociedad se podía ver escrito a bolígrafo AP16
Y Sergio Ramos cada título que ha ganado con la selección española, ha llevado a su amigo con él.
1 comentarios:
Quien siembra...
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