Día de la mujer trabajadora

Desde principio del siglo pasado se viene celebrando el día de la mujer trabajadora el 8 de marzo, en conmemoración a las mujeres empleadas en una fábrica de Nueva York que protestaron por la mejora de sus condiciones laborales, y por ello el empresario dueño de la fábrica las encerró y prendió fuego a la fábrica muriendo 129 mujeres.

Yo no soy muy amiga de este tipo de eventos, pero cuando echo la vista atrás y me doy cuenta de que solo a base de lucha las mujeres hemos podido obtener los mismos derechos que los hombres y actualmente hay muchísimas mujeres en el mundo que siguen sometidas a regimenes arcaicos amparados en una mal y sesgada interpretación de una religión, me doy cuenta que días como el de hoy son importantes.

En la España actual, la incorporación de la mujer al mercado laboral es un hecho, pero desgraciadamente según los datos de la UGT, el sueldo de las mujeres españolas equivale a un 78,1% del que perciben los hombres o, lo que es lo mismo, ganan más de un 20% menos. Concretamente, las mujeres con contratos temporales obtienen una ganancia media del 88,3% del salario con respecto a los hombres, mientras que este promedio es del 76% para las que tienen contrato indefinido.

En nuestra sociedad aún quedan resquicios de machismo que no acaba de asumir la igualdad entre mujeres y hombres, desgraciadamente no se pude decir a boca llena que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombre, ya que a la desigualdad salarial se le une, la mayor precariedad laboral, un mayor índice de paro, el acoso en el trabajo, las trabas por las bajas de maternidad o el desequilibrio en el reparto de las tareas del hogar.

Se ha recorrido una parte del camino pero aún queda mucho por hacer, solo espero que las próximas generaciones lo tengan más fácil que nosotras y las desigualdades que aún existen, desaparezcan. Por tanto y mientras no llegue ese día, habrá que seguir celebrando el día intencional de la mujer trabajadora. Ojalá, este fuera el último año.