En algún lugar del mundo una mujer grita, por su frente caen goterones de sudor, en su cara se refleja dolor y en sus ojos, esperanza, está exhausta. ¡empuja!- le dice la matrona, que ya está aquí.
La mujer realiza un último esfuerzo, su bebé está a punto de venir al mundo, ella a pesar del dolor es tremendamente feliz, tras 9 meses por fin va a ver la carita de su bebé. Ni ella ni su pareja han querido saber el sexo, les da igual, al fin y al cabo lo que viene al mundo es un ser humano, su hijo, el fruto de su amor, la diferencia solo es fruto de un capricho de la naturaleza que ha unido un cromosoma X con un X, en vez de unir un X y un Y,
Felicidad absoluta en una familia en la que se respira amor. En menos de un suspiro la niña crece en un ambiente feliz, se hace mujer, encuentra el que cre que es el amor de su vida y enamorada se casa, por fin va a formar una familia como sus padres, hicieron.
Pero esa misma noche después del banquete de bodas y en esa noche especial, descubre la verdadera cara de aquel al que hasta ahora creía perfecto. El la recrimina que ha bailado mucho con su primo, y por ello la insulta, la menosprecia, y le pega por primera vez en su vida, puta más que puta, no sirves para nada.
A la mañana siguiente, él arrepentido le pide perdón, se pone a sus pies, llora, jura y perjura que nunca más va a pasar, que ha sido cosa del alcohol y ella profundamente enamorada lo disculpa, al fin y al cabo había bebido mucho, siempre ha sido un poco celoso y a lo mejor no debió bailar tanto con su primo.
El viaje de novios no es como ella había planeado, cada vez que un hombre la mira, su marido la increpa, la insulta, le echa la culpa por pavonearse de semejante manera.
Comienza su vida en común, hoy el trafico está peor que nunca, ha habido un accidente y ella se demora 15 minutos, llega a casa y el abre la puerta y sin mediar palabra la abofetea, ¿con quien has estado? ¿como se llama? eres una zorra, no sé porqué me casé contigo, yo soy tu marido y tu eres mía, me perteneces, harás lo que yo quiera.
El poco a poco va consiguiendo que ella vaya rompiendo con sus amigas, no puede salir a tomar café con ellas, a comprar un pantalón, porque teme las represalias de su verdugo, ese que siempre arrepentido le dice una y otra vez que no puede vivir sin ella, y que si le pega es por su bien.

Ella queda en estado, piensa que las cosas cambiaran ahora que va a venir su bebé, pero no es así, los malos tratos continúan, increíblemente pese a las palizas nace el niño, y el niño no crece en un ambiente de amor como el que ella tuvo en su infancia. Desde bebé, el niño presencia como su madre es ninguneada una y otra vez por su padre, como la insulta y le pega, y el niño piensa que eso es lo normal en una familia, se está formando otro maltratador.
Después de tantos moratones, una amiga se da cuenta de que algo está pasando, habla con ella, la invita a denunciarlo, a abandonarlo, a decidir su destino, a poder educar a su hijo, pero ella tiene miedo, no tiene valor, después de tanto tiempo será verdad que no sirve para nada, tiene que hacer las cosas mejor para que su marido no se enfade.
Pero un día ante la insistencia de su amiga, decide que es suficiente, y que tiene que abandonar a su marido, llama al 016, sabe que esa llamada no aparecerá en la factura de teléfono, allí la asesoran, le dicen lo que tiene que hacer, y un día por fin saca valor de no sabe bien donde y con su hijo y cuatro cosas, sale de su casa y denuncia a su marido.
Encuentra que su caso no es único, que hay muchas mujeres como ella, le buscan un hogar de acogida y un trabajo, ya que tuvo que abandonar el suyo, por imposición de su marido que le dijo “el lugar de mi mujer es la casa, que cuando yo venga esté la comida puesta y todo bien arreglado”.
Ella ha salido por fin del infierno, su hijo aún es pequeño, espera que de mayor no sea como su padre, ella se encargará de darle todo el amor del que es capaz y de enseñarle respeto entre los seres humanos, y sobre todo que ningún ser humano es más que otro.
Ella ha reaccionado a tiempo, pero hay muchas mujeres que no han llegado a tiempo, han sido asesinadas por cobardes, hombres que no han sido capaces de entender que su mujer era su compañera, una igual de tu a tu, alguien con quien compartir su vida, no una posesión, que lo más importante en una pareja es el amor y el respeto mutuo, que en una relación el miedo al otro no tiene cabida.
Esta historia no es la de nadie en particular, pero podría ser la de tu madre, tu hermana, tu prima, tu hija, tu mejor amiga, tu vecina o cualquier mujer.
25 de noviembre, día internacional contra la violencia de genero.
En nuestras manos está educar a nuestros hijos en el respeto, el amor y la igualdad, criar gentes de bien, con valores suficientes para saber que ningún ser humano es más que otro.
Entre todos podemos acabar con esta lacra social, no podemos estar callados, si conoces algún caso, denúncialo, no permitas que siga sucediendo, con tu denuncia le puedes salvar la vida a una mujer, a un ser humano.
Cuaderno información violencia de género