No esperaba sumar en el Bernabeu, por muchos motivos que todos conocemos. A la tremenda calidad del polvo de estrellas, se une los regalos arbitrales que una y otra vez les conceden, que alguien me explique los eternos lloros del ¿sr Mou?, si además llegas tres veces solo al área y te dedicas a matar a las palomas en vez de colocar el balón dentro de la portería del rival, pues hay poco que hacer.
Hoy hubiéramos perdido seguramente, pero si además el trencilla de turno te anula un gol en los primeros minutos por una falta inexistente, pues ya comienzas mal.
Si nuestra defensa comete errores de patio de colegio, pues la cosa se complica aún más, y si el arbitro no pita las faltas que los angelitos merengues le hacen a nuestros jugadores, ya es para nota.
El segundo gol del Madrid viene precedida de una falta que le hace Marcelo a Reyes y que por supuesto no pita Mateu Lahoz y propicia el contragolpe que acaba como he empezado diciendo con el gol de Benzemá.
De estos errores y muchos más que ha habido por supuesto que no oiremos habla en ningún espacio deportivo nacional, habrá quien piense que me escudo en el arbitro para justificar la derrota. NO, nada más lejos de mi pensamiento. Los errores de nuestra defensa han sido espantosos, hay jugadores que no están dando la talla y Coke es uno de ellos.
Somos las hermanitas de la Caridad a la hora de defender, nuestros jugadores no se comen al arbitro cada vez que les hacen una falta o una jugada dura, pero lo peor es que puedo llegar a entenderlos porque en las pocas ocasiones que algún jugador lo hace, acaba viendo la amarilla si o si.
Hoy hemos perdido porque el rival lo ha hecho mucho mejor que nosotros y eso es así, pero me hubiera gustado saber que hubiera pasado con un arbitraje justo, pero eso ya es imposible, y mientras se juegue frente a los galácticos, seguiremos sin saberlo.
Más que el partido de hoy que lo daba por perdido, me importan más los que quedan, donde hay que luchar hasta la extenuación para conseguirlos tres puntos.